Como para el resto de etapas del desarrollo psicofísico del bebé, las relaciones sociales evolucionan con el pequeño. Veamos cómo se relaciona según su edad.
Después del nacimiento y hasta los 7-9 meses, el niño no tiene ninguna posibilidad de “simpatizar” con sus semejantes, dado que no se percibe a sí mismo como un ser autónomo, sino como algo que no se diferencia de su mamá. Cuando el bebé empieza a darse cuenta de que es un ser único, experimenta una sensación de ansiedad e inseguridad que se manifiesta a través del miedo a los extraños.
- Alrededor del año, el gateo y los primeros pasos alejan al niño físicamente de sus papás y le permiten saborear pequeños sorbos de autonomía. Esta conciencia de sí mismo y de sus propios recursos se refuerza en los meses siguientes, adquiriendo los instrumentos emocionales necesarios para empatizar con los demás y para darse cuenta de las dificultades (por ejemplo, consolando con una caricia a otro niño que llora).
- A partir de los dos años, las relaciones con los demás se han desarrollado hasta el punto de que el niño deja de jugar siempre solo. Le encantan las actividades colectivas y se muestra amigable con sus compañeros. No obstante, también comienza la etapa en la que se siente preparado para defender su espacio y los objetos de su propiedad, aunque se vea obligado a emplear malos modos.
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